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Daniel López: “hemos conservado un pulmón de Guayaquil”

Daniel López se desempeña como guía turístico, de campamento, bilingüe y de planta en Cerro Blanco. A través de sus anécdotas se puede conocer lo que implica ser un intérprete ambiental.

En el 2103, Daniel López, realizó el curso para ser guía en Cerro Blanco, lo aprobó y desde entonces se define como guía todólogo por las múltiples actividades que realiza.

Cuando es guía turístico recorre junto con los visitantes el bosque, mientras les comenta sobre las especies que habitan en el lugar. Cuando es guía de campamento le toca liderar las actividades nocturnas del grupo que está acampando. 

Su papel como guía bilingüe no varía mucho a los anteriores, la diferencia es que exclusivo para extranjeros y por eso se expresa en otros idiomas. Como guía de planta, le toca estar todo el día en el bosque esperando a los visitantes que lleguen para darles información o realizar algún sendero. 

Una de las actividades que más le divierte realizar es la integración con pequeños grupos de estudiantes o trabajadores, porque les hace dar su 100% en las actividades. Desde correr hasta ensuciarse y lograr que entren en contacto con la naturaleza.

Sin embargo, más allá de la labor que realiza, Daniel y sus compañeros tienen un reto difícil. Ellos deben lograr que los visitantes tengan un cambio, así sea mínimo, sobre la conservación del bosque. Él considera que Cerro Blanco es especial porque no ha sido intervenido como otros cerros, el nivel de protección les exige tener otro trato con las especies. “Gracias a eso hemos conservado este pulmón de la ciudad”, finaliza.